28.9.08

Amanece, creo.



Levantárte a las seis de la mañana tiene algo de catártico:
durante ese día podrás mirar a todo el mundo por encima del hombro.
Una hora extraña, silenciosa y solitaria. Una hora muy mía.
Lástima que la pereza me tenga tan alejada.
Un gato me mira, canalla, desde fuera del islote.
Por lo demás, me muero de sueño.

Será que me cuesta cambiar un mundo por el otro.

1 viajeros:

Veronika dijo...

Ver amanecer tiene su encanto, un café con leche calentito, el silencio del nuevo día que comienza... suena todo a paz y tranquilidad, ¿verdad?

Pero los que tiramos más bien a búhos si vemos amanecer es porque nos vamos a la cama a esa hora...