28.1.09

Las gafas



Lo cierto es que podría acostumbrarse a su rostro sin esos hierros que habían marcado a fuego los insultos de los otros niños cuando era pequeño. Todo un alivio quitarse ese peso de encima y una mejora para su autoestima, todo sea dicho.
Esas horribles gafas que tanto le habían amargado la vida desde que era un niño ya no le incordiarían más. Era otra de las ventajas que encontraba a no volver a tener nariz.

1 viajeros:

TORO SALVAJE dijo...

No verá bien.
No olerá.
Le quedan la boca y los oídos, aparte de la piel.
Espero que no le quites nada más.

Besos.