6.4.09

Un par de kilómetros.


Mira sin ver nada a través del cristal.
Apenas un par de kilómetros, carretera y poco más.
Del trabajo a casa.
De casa al trabajo.
Lo curioso es que nunca acaba por llegar.
En algún momento se detuvo.
Y ahora no termina de llegar.

Al principio se sintió aliviado,
no más trabajar, no más regañar.
Una bruma densa y húmeda,
como un manto de extraño mercurio,
cubre todo alrededor,
apenas un par de kilómetros, carretera y poco más.

Nunca se le acaba el combustible,
sólo acaba el camino y vuelve a empezar.

Tras el alivio se aburrió,
parar a descubrir lo que nunca se ve,
acostarse bajo un árbol,
respirar pacíficamente entre la niebla.
Pero pronto se aburrió de respirar.
No había cielo

en aquel par de kilómetros y poco más.

Nunca tiene hambre, sed o sueño,
sólo conduce el camino y vuelve a empezar.

Tras el árbol aprovechó para investigar,
hogares vacíos en los que curiosear,
un voyeur sin más ocupación,
cajones, armarios, secretos revueltos.
Unas dos o tres casas a cada paso, y nada más allá.

Pronto o tarde se aburrió.
Nada cambiaba, no había quien lo hiciera.
Pensó en asaltar la taberna,
perverso, canalla, amoral,
sin castigo se ofrecía ya el mal.

Fumó, devoró, acogotó su cuerpo con alcohol
y nada lo sació.
Se volvió loco, grito, saltó.
Desgarró cristales, destrozó metal.
Pero nada cambiaba, no había quien lo hiciera.
De modo que decidió salir
para no volver a entrar.
Ni siquiera el mal lo acomodaba ya.
No había infierno

en aquel par de kilómetros y poco más.


Intentó prender con fuego,
inundar su carretera,
desmontar su vehículo,
destrozar su cuerpo.
Pero no podía y nada cambiaba.
No había quien lo hiciera.

Se cansó de actuar.
Se cansó de pensar.
Se cansó de ser.

Está solo y conduce entre la niebla.
Apenas un par de kilómetros, carretera y poco más.
Del trabajo a casa.
De casa al trabajo.
Y lo curioso es que nunca acaba por llegar.

2 viajeros:

TORO SALVAJE dijo...

Entonces está muerto.
Da igual si oficialmente o no.

Besos.

Veronika dijo...

Nos pasamos la vida buscando una meta, como si se tratara de una carrera, y no nos damos cuenta de que al final, no llegamos a ningún sitio nunca.