30.9.08

Infiel (y no mires a quién)

Te he sido infiel, cariño.

¿Recuerdas mi inquietud? ¿Mi sudor frío? ¿Mis dolencias gastro-neuro-intestinales?

Si, lo reconozco. Era por él. Un viejo conocido a quien no te presenté.
Lo siento, cariño. Te he sido infiel.

Entiéndelo: yo fui débil y él venía envuelto en su flamante coraza blanquirroja, como si de un arrogante fan del atleti se tratara. No lo pude evitar.

Sé que no te gustaban mis antiguas compañías y por eso no te lo presenté!
Incluso yo misma me sorprendo de mis actos...

Pero no sufras! No! Intentaré que sus dulces lisonjas y su contagiosa tranquilidad no vuelvan a provocarme... Porque yo te quiero a ti, claro.

Te he sido infiel, cariño.
La tarde de ayer la pasé con el viejo Lexatín.


28.9.08

Amanece, creo.



Levantárte a las seis de la mañana tiene algo de catártico:
durante ese día podrás mirar a todo el mundo por encima del hombro.
Una hora extraña, silenciosa y solitaria. Una hora muy mía.
Lástima que la pereza me tenga tan alejada.
Un gato me mira, canalla, desde fuera del islote.
Por lo demás, me muero de sueño.

Será que me cuesta cambiar un mundo por el otro.

27.9.08

Viaja conmigo

No necesito mucho más que un par de llaves, un pañuelo y un peine.
Ah, claro, y tu mano.
A ser posible, con todo lo demás, siempre que te venga bien.


Quiero llevarte a Tokelau. Quiero llegar allí antes que el tiempo, espero que no te importe.
Claro que tampoco sé cómo llegar, así que me temo que iremos descubriendo el camino inventando rutas. No te preocupes, dormiremos en rincones del aire, caminaremos por pasos de arena y cal y, cuando tengas sed, te llevaré a rios que solo yo conozco.

El viaje a Tokelau puede ser largo o puede ser corto.
Gracias, por anticipado, mi compañero de viaje.

El primer paso lo daremos pronto, muy pronto. Ve preparando tus juguetes, tu pañuelo y tu peine, no sea que Céfiro nos lo revuelva. Gracias, por anticipado, querido compañero de viaje.