Y creo que hoy me voy a quedar todo el día aquí, con mi sombrero de paja y mi corazón de arena, encaramada a mi resbaladiza fortaleza de la soledad, esperando que sea todo otra de esas conspiraciones elvispresleyranas, hoy que seguro nadie quiere recordar lo malo del rey de los monos, ahora que el icono ha dejado paso al mito...
- Actualidad (7)
- Amigos (4)
- Animación (1)
- Arte (1)
- Biodraminas (3)
- Bizarrerío (1)
- Cine (7)
- Cómic (3)
- Creaciones (1)
- Descargas (1)
- Desvaríos (43)
- Desvios (in)oportunos (2)
- Films (2)
- Fin (1)
- Fotografía (6)
- Gatos (5)
- Guiños (7)
- Internet (7)
- Literatura (26)
- Mitología (1)
- Música (12)
- Pequeños desplazamientos (2)
- Poesía (1)
- Postal (3)
- Presentación (1)
- Relato (2)
- Ruta diaria (15)
- Tristes Senderos (3)
- Viajes (4)
- Videos (1)
Y creo que hoy me voy a quedar todo el día aquí, con mi sombrero de paja y mi corazón de arena, encaramada a mi resbaladiza fortaleza de la soledad, esperando que sea todo otra de esas conspiraciones elvispresleyranas, hoy que seguro nadie quiere recordar lo malo del rey de los monos, ahora que el icono ha dejado paso al mito...
Etiquetas: Actualidad, Guiños, Postal
Esto de andar entre cocoteros a greñas y con mil soles entre las uñas es, cada vez más, esclarecedor. Como esos pocos segundos que se tardan en acostumbrar los ojos a la luz tras un rato a la sombra, pero supeditado a la supervivencia de los sentidos en este infierno paradisíaco que resulta este reducto del pacífico.
Tumanu ya no viene por aquí por algo de las maldiciones y porque vine a manifestar mis propiedades corporales femeninas mensuales estando en la laguna de pesca con él y se conoce que no estaba muy ducho en esos lares, por lo que me dicen que está encerrado en el templo, venga orar, venga orar... En su lugar vienen Orama -con r- y Manai, "féminas" ambas, y se pasan la mitad del tiempo intentando aplicarme emplastos que servirían de goma2 en cualquier otro rincón del mundo.
Desde que estoy aquí me he centrado en lo más básico: comer, dormir y ver episodios de Lost. Y luego las cosas secundarias vienen solas. He aprendido a no sufrir por matar bichos o bestias pequeñas -que luego me dan asco y siempre acabo comiendo coco a la brasa- y a que no me importe que no se lean los cds a excepción del Backstreet's Back soportando así el castigo divino del Dios del Volcán del buen gusto.
Haría un sacrificio para calmarlo, pero me temo que no tengo rubias a mano, vírgenes, al menos.
Y luego está el jodido mono. He domesticao un mono. No es como un gato, que le echas de comer, viene, se lo come y se larga; el mono -un orangután hembra por cierto-, Waiata, le echas de comer, viene, se lo come y se queda para comerse también los muebles y desparasitarse sobre el portatil. Y no tengo el antivirus para muchas fiestas. Lo bueno que tiene es que lo estoy adiestrando para recoger cocos, papayas y poco más. Lo mano que tiene es que si recoge 10 se come 35. Pero algo llega. El me enseña a desparasitarme y subirme a las palmeras sin despeinarme y yo le enseño a pintarse las uñas de los pies y bailar el It's Not Unusual como Carlton, que le sirve seguro en las próximas fiestas del pueblo.
Lo cierto es que me encuentro mejor. Por las noches tengo tiempo para prácticar con la tableta gráfica, para leer más o intentar escribir mejor... Por lo pronto ya duermo bien. Gracias al gurú de la tribu del puerto deportivo de la isla que me tiró el bromacepán y el orfidal al mar y me recetó un licor de hiervas que viene de miedo para antes de dormir. Sospecho que lleva alcohol, pero tras varios Bandos de la Huerta, el alcohol isleño apenas hace de advenediza Fanta Zero.
Así que ya estas aquí. Bueno, casi. Estás llegando.
Tranquila, dormilona y a tu paso, pero estas en ello.
No sé de qué me sorprendo, conociéndonos como nos conocemos.
Te prometes alta, sonrisa brillante y perpetua, tus ricitos oscuros.
Y esta es la tarde de la mañana que te ha dado por venir,
así, antes de tiempo y después de la cuenta.
Eres la primera, pequeña, y así serás tratada.
Tu bisabuela te espera, sentada en su trono,
al fondo de la gran sala, templados los nervios,
consciente de todo y sobre todos, y yo con estos pelos.
Eres la primera, pequeña, y así te querremos.
Porque te estas haciendo de rogar, puñetera,
y suerte de la paciencia de tu santa madre,
que siempre parece que no va con ella,
que sonríe estando tan cansada
mientras cuelga unas cortinas de colores,
y que se las estas haciendo pasar perras, niñata.
Espero que te quedes con mi cara, pequeña,
porque yo seré la que te cubra de estrellitas,
la que te lea esos libros de hadas,
y te disfrace de pirata con los pantalones de tu padre.
De todas tus "titas", esa a la que verás poco, la "loca".
Bienvenida, pequeña,
porque hace calor, y hay crisis y hay un presidente negro,
y dejan salir por la tele a Dani Martín y a la Pantoja,
pero haremos lo posible para que no te des cuenta... todavía.
Etiquetas: Amigos
Etiquetas: Guiños, Ruta diaria
De este agotamiento es ejemplo este blog, abierto meses atrás y aún sin oler ni de lejos el nivel que yo esperaba. Esta es la entrada nº 100 y necesito un descanso de todo.
Me quedo leyendo Mondo Lirondo, de La Penya, My brain is hanging upside down, de David Heatley o Nadie es más de aquí que tu, de Miranda July, este último delicioso libro de relatos escrito por una señorita que bien parece una poupee de porcelana y que sólo por eso merece un poco de atención.
Etiquetas: Cine, Cómic, Desvios (in)oportunos, Música
Etiquetas: Actualidad, Viajes
El voto chorizo. Bien. Ojalá sea un movimiento de masas.
El avión que desaparece en el atlántico. Mal. Ojalá sea una campaña de Lost.
Internet va a pedales. Me duele la vida de pensar cada vez menos, cada vez peor, cada vez más de lo que aquí en vez de lo que allí; de estar tanto tiempo en la postura de jota que implica mi trabajo, ora rodando, ora sin rodar. Escucho en un informativo de radio a una compañera de carrera que es ciega. Odio no poder decir en voz alta que no la recuerdo como una persona ejemplar, precisamente. "Si tuviera una pata de palo sería más feliz porque nadie esperaría de mi nada más que llevar traje y corbata", que decía Mulder. Odio a mis compañeras de trabajo. Soy su futura jefa -espero-. Y las odio. También odio a los señores sudorosos y maleducados que llegan a mi comercio con la camisa abierta hasta el ombligo, recordándome el aburguesado y victoriano dibujo de Furillo.
Día tonto. Ocurrencias sin importancia para una existencia sin importancia. Mediocre, es la palabra. Trivial y sin la relevancia que mi pasado me había pintado hasta que llegó un día y me metió el dedo en la nariz por no señalar cualquiera de "las cuatro vías" de Jodoroswky.
Día tonto. Pero ciertamente y gracias a estas pequeñas cosas, tonto y divertido.
Creo que me iré a la playa esta noche, ya sea para imitar a Justiniano imitando a náufragos o para buscar a los náufragos del avión pérdido.
Etiquetas: Actualidad, Desvaríos