What a wonderful world, que huele a castañas.
Pasitos cortos, rápidos, firmes para no fundirme con el frio.
Satchmo hace que todo a mi alrededor sea como su voz, cálido, bonito, sencillo.
Un libro de vampiros, ensaladilla rusa con rosquillas, señorita ¿podría quitarme el hielo? Es que me duele el pelo con este hielo, ya se lo dije antes.
Me voy a ver juguetes y acabo haciéndome amiga de un dinosaurio, ¿señorita, me lo envuelve? ¿necesita hierva o es carnivoro, es que yo no vi parque jurasico y es una pena, ahora que su autor ha decidido extinguirse, sabe?
Let's snow... ah no, no es nieve. Es una señora que sacude una alfombra hacia la gran vía. No importa cuántas Gran vías acumule mi memoria; en todas hay una señora lanzando nieve en polvo. Supongo que las venden en pack indivisible, como los platanos.
Es lunes, maldita sea, y el jueves sale los miércoles salvo por aquel martes que el tiempo se dobló sobre si mismo y ya era domingo así que me decido por una lectura acerca de los romanos en hispania. Estan locos estos celtíberos, con sus estacas, sus excelentes vinos y aceites y sus jamones....
When you're smiling... Hay un cruce de calles en la capital murciana que guarda un secreto inexplicable, y cada vez que paso creo una teoría diferente de porqué hay un increíble olor a algodón dulce sin motivo alguno. La teoría de hoy me convence bastante. Seguramente hay un invisible pliegue espacio temporal que se conecta con el armario ropero de algun Oompa Loompa que guarda allí su ropa de trabajo y claro, de trabajar todo el día con dulces y chocolates, pues el olor se filtra por la grieta y acaba en ese cruce de calles murcianas.
Y mientras Louis y Ella siguen cantando decido volver, pensando que quizá no vuelva a disfrutar de otro paseo como ese en mi ciudad adoptiva, un paseo que hacía años que no repetía, que me conforta el alma y me recuerda que aún tengo que prepararle una sorpresa a otro ser humano que -como decía el conde, libremente y por su propia voluntad- decidió compartirse conmigo. ...Heaven... I'm in heaven...
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28.11.08
Etiquetas: Desvaríos, Ruta diaria
21.11.08
Una manita que dice adios,
un guiño que sonrie,
un maullido que trae el viento.
Combatimos
contra el absurdo.
Combatimos
contra lo que no se entiende.
por lo insano,
por lo injusto,
por lo cruel.
Yo lo entendí y no sabría el qué.
Veo matar y morir.
Veo luchar y nacer.
Veo escaparse siete vidas a la vez.
Veo tanto
y tan ciega ando siempre
que no puedo por más
que fingir,
que rugir,
que reir...
Que hincar mis huesudos dedos en mi pecho,
y rasgar la carne,
y romper tejidos,
y esquivar lo duro,
y derramar la hiel,
y manchar la tierra ,
manchar la tierra,
mancharla.
Y solo asi, solo,
se detiene.
Lo que combatimos
lo hacemos con lo poco,
con lo usado,
con lo que aprendimos a golpe
de espada y de luz,
de lo injusto y de lo cruel,
de lo admirable,
de lo que nos golpea.
Y los que nos quedamos
solo podemos dolernos
y apretarnos unos con otros
porque, aunque lo combatimos
cuando se quedan huecos
todos estamos un poquito
más solos.
Abrazarse a alguien,
es una forma,
es la mejor forma,
es la única forma,
para no dolernos de ese hueco.
Una manita que dice adios,
un guiño que se sonrie,
un maullido que trae el viento.
Etiquetas: Literatura, Tristes Senderos
17.11.08
Me arden las manos. No me siento las puntas de los dedos. Las agujetas me cantan.
Hoy me ha tocado tirar de tendido eléctrico para un alumbrado rural.
Me gusta ese tipo de trabajo físico y más si es a pie de carretera. Sólo así uno puede percibir realmente cuándo se produce cada cambio o mejora y cuánto cuesta que eso ocurra.
Por eso no me duele subirme a camiones, patear carreteras, pelearme con ingenieros y demás energúmenos sapientes técnicos o, como en el caso de hoy, trastear con grúas y pesados tendidos eléctricos. Soy licenciada en periodísmo pero no por ello una rata de escritorio (que también).
El único problema viene con las miradas.
Decía el fulano de aquella road-cute-movie llamada Elizabethtown ser un especialista en últimas miradas, "aquellas que la gente te hecha cuando cree que no volverá a verte".
A mi me pasa igual con las miradas machistas. Soy una experta en recibirlas, detectarlas y catalogarlas.
Aclaro: soy de la opinión de Verónika. Nada de -ismos. Persona, por favor. Todo lo demás me suena a sectas y/o radicalismos éticos varios.
Así, de menor a mayor incidencia, encontramos los siguientes tipos o especímenes:
Hoy me ha tocado tirar de tendido eléctrico para un alumbrado rural.
Me gusta ese tipo de trabajo físico y más si es a pie de carretera. Sólo así uno puede percibir realmente cuándo se produce cada cambio o mejora y cuánto cuesta que eso ocurra.
Por eso no me duele subirme a camiones, patear carreteras, pelearme con ingenieros y demás energúmenos sapientes técnicos o, como en el caso de hoy, trastear con grúas y pesados tendidos eléctricos. Soy licenciada en periodísmo pero no por ello una rata de escritorio (que también).
El único problema viene con las miradas.
Decía el fulano de aquella road-cute-movie llamada Elizabethtown ser un especialista en últimas miradas, "aquellas que la gente te hecha cuando cree que no volverá a verte".
A mi me pasa igual con las miradas machistas. Soy una experta en recibirlas, detectarlas y catalogarlas.
Aclaro: soy de la opinión de Verónika. Nada de -ismos. Persona, por favor. Todo lo demás me suena a sectas y/o radicalismos éticos varios.
Así, de menor a mayor incidencia, encontramos los siguientes tipos o especímenes:
Las abuelas
Se quedan mirando con la boca abierta llegando a estacionar su carrito de la compra en plena vía.
Grado de machismo: Casi nulo.
Mi impresión: Adorable.
Su impresiòn: "Hay que ver, la zagalica, qué valiente. Esta valdría pa espabilar a mi nieto, que esta hecho un gandul..."
Su impresiòn: "Hay que ver, la zagalica, qué valiente. Esta valdría pa espabilar a mi nieto, que esta hecho un gandul..."
Las marujas
Se quedan mirando con una expresión entre la sorpresa y el escepticismo con cierto recelo.
Grado de machismo: Tradición y calidad al alcance de sus fogones!
Mi impresión: Jodeos.
Su impresión: "Uh, la zagala conduciendo un camión. Será una lesbiana d'esas. Esta verás como no se casa"
Los hombretones castizos
Se quedan mirando llegando a volver la cabeza si procede y a los pocos segundos lanzan al viento algún estribillo eppañol si les parece conveniente.
Grado de machismo: alegre, tradicional e inútil melodía del ego.
Mi impresión: sin comentarios.
Su impresión (explícita): "¡¡VIVAN LAS ZAGALAS DE MI PUEBLO!!", "¡¡OLE LA RUBIA DEL CAMIÓN!" "¡¡VENTE A MI CASA A TIRAR DE LA MANGUERA, GUAPA!!" (ejemplos reales).
Los machomanes de pelo en pecho
Ya hablamos de interactividad. Una cosa es trabajar sola y otra acompañada de estos especímenes. Estos se caracterízan por dudar de mi aspecto y mostrar recelo inicial para luego intentar ser galantes sin que se les note que no les gusta que una chica haga su mismo trabajo -con la misma destreza o fuerza-.
Grado de machismo: alto pero educadamente disimulado.
Mi impresión: No me enseñes músculos que soy de letras.
Su impresión (explícita): "Ehh... espera que no te hagas dañ.." "Espera que te ayud... eh..." "Estas fuerte, eh?", "Tu juegas al futbol, no? Porque tienes piernas fuertes" (ej. reales)
Los gilipollas a secas
Estos son pocos, pero hacen ruido. Escudriñan sin pudor alguno si esa personita que les mira desde abajo puede estar realmente diciendo lo que dice. No quieren que una niña trate sus cosas, ni sus gestiones y ni hablar de recibir sus cobros. Acompañan todos sus efluvios y exabruptos con un "nena" o "nenica".
Grado de machismo: Garrulismo máximo (Mama Ladilla alirón!)
Mi impresión: Esta mano de nena te puede partir la cara de 50 formas distintas.
Su impresión (explicita): "¿No esta tu jefe, nenica?"
Su impresión (implícita): "Soy un repulsivo impotente sudoroso y maloliente que hace 30 años que no me veo el pene porque se me calló de lo macho que mi madre me parió y no serás tu quién venga a decirme cómo tienen que hacer las cosas los machos como yo".
A menudo batallo con toda esta gama de persojanes que hacen que me replantee en qué consisten realmente las "cosas de chicas", ya que, aunque podría hacer de mi vida un festival de cosplay shojo y llenarlo todo de globos, burbujas y plumas de colores, también me gusta jugar con los camiones y con las cosas de chicos... Literalmente, que lo cortés no quita lo atrevido, no?
Etiquetas: Desvaríos, Ruta diaria
13.11.08
La tele es paradójicamente parecida al concepto de libro: no porque sea un libro tiene que ser bueno, y si no, que se lo digan a la Quintana. Y la tele, pequeñuelos, no porque salga la Quitana es necesariamente mala.
Anoche me decía mi heroe que había soñado ser un personaje de Me Llamo Earl. El hecho en si, alejándonos de Freud, venía provocado por un gran atracón, tanto de dicha serie como de carne roja. De igual forma, mi santa madre dice habérselas visto con House o un hermano mío (el humano) dice tener pesadillas con los bigotudos Adam y Jaimie .
Pero no lanzaré pajas a tejados ajenos porque el mio esta lleno de cátodos y de packs por temporadas de a granel. Soy lo que como, que decía aquella, y yo soy teleserievisiva. Americanamente hablando, para más COPYRIGHT (dejemos los acrónicos no laicos para Reig Pla, para que tenga algo que hacer ahora que le han plantao en la UCAM, pobre hombre).
No me iré mucho por las ramas pero entre mis descargas seriales habituales se encuentran dos series que vienen precedidas por sus brillantes (y/o curiosos) inicios: Heroes y Smallville.
No me gustan los spoilers (*dícese de aquello que siempre se ha llamao cotilleo previo), así que solo diré que aquellos que solo vieron la primera temporada de Heroes, que no sigan. Por su bien y el de su buen (re)gusto.
Lo de Smallville es caso aparte. Nunca fui fan de las teen-series, ni siquiera cuando me correspondía. Es mi amor platónico y platérico (testarudo como el équido de J. R. Jiménez) por el grandullón de la capa lo que me hacía pegarme a la risoria serie allá por mis años de estudiante de carrera.
Muchas eran las barbaridades y absurdismo de esta serie en sus primeros tiempos (señalar como ejemplillo que el jovenzuelo Tom Welling afirmaba tener 15 años cuando calzaba los 25), pero todas esas cosas eran ínfimas comparadas con el mito.
Hoy en día se graba el octavo año de esa serie:
Clark ya trabaja en el Daily Planet acompañando a una Lois que está a la altura de la mejor de todos los tiempos, la Kidder pre-esquizofrénica. Y, ahora que todos los demás protagonistas abandonaron la serie por su propio desorden moral, solo nos queda ver cómo, capítulo a capítulo hasta el último y final, la cegarruta de Lois se enamora del bueno (en todas sus acepciones) de Clark y como este, por su parte, se piensa qué tal le queda la licra a la altura de las íngles. Y yo tan contenta y privá como cada vez que se inventan el momento.
Prefiero dejar de pensar cuando veo esa serie: que Doomsday haya pasado de ser una engendro genético inmortal a ser un conductor de ambulancias de chichinabo es algo que me hace volver a buscar mis cuchillas de suicidio del nº 5.
Qué le voy a hacer? No se qué decir de eso del g-20, ni de la crisis (mediática) ni de las competencias de Garzón. Ante eso me quedo indefensa y vulnerable, y siempre busqué en el cielo a mi Superman particular que me levantara los pies del suelo.
Por esa razón y no otra estudié periodismo. Lamento no ser más objetiva.
Etiquetas: Desvaríos
10.11.08
Hoy salí a la calle y allí estaba ella.
Tan alta, tan azul, tan pequeña y tan blanca.
Al principio se asustó pese a ser yo más bajita,
y al segundo me abrazaba desde arriba,
tan alta ella, y tan azul, pequeña y blanca.
Hoy salí a la calle y allí estaba ella.
Asalté su cintura con las puntas de mis dientes,
oh, sorpresa!
La reina se reía, y sonreía, y se limpiaba sus gafas,
¿o se las cambiaba?
Hoy salí a la calle y allí estaba ella.
Me veía en los espejos de su rostro,
yo tan bajita, tan roja, tan rechoncha y oscura.
Y ella reía, y sonreía y lanzaba amables chispitas.
Hoy salí a la calle y allí estaba ella.
Con sus pies juntitos, aún dejaba sus pisadas tras de si,
carcajadas invisibles de pequeños seres,
que la rodean y cuidan de ella allá donde va.
Hoy salí a la calle y allí estaba ella.
La viva imagen de lo esbelto, de lo amable,
de lo dulce y compungido.
La reina!! La reina!!
La reina... si, pero la mía.
Tan alta ella, y tan azul, pequeña y blanca.
Hoy salí a la calle y allí estaba ella, Veronika.
Etiquetas: Literatura
8.11.08
Etiquetas: Desvaríos
5.11.08
Gana el cordero blanco con piel de lobezno de dientes romos (de adamantium).
Los San Fermines se correrán ahora en California, gazpacho el día de Acción de Gracias.
Me pregunto si la marcha del millón está colgada en youtube.
Alguien que conozco me dice esta mañana que ahora se pondrá de moda decir "negro".
Ego anda pletórica, sé que es ella porque sigo sin enterarme.
Mis manos tienen varios lustros, mis ojos, postizos, mi estómago, el de un niño gordo americano (en París).
París. Eso me recuerda algo. A ver cómo se lo digo.
Barcelona, Madrid, Palma. Tadousac, Luca, Itapemirím.
Dentro de 11 horas hace 123 días pensaré si detenerme o seguir andando.
Dentro de 7 meses un hada dará a luz a otra hada.
Perpleja y emocionada ando. Afortunada por las hadas y los jugadores de nintendo.
Y con los pies mojados, que ayer se me olvidó volar y los charcos,
dónde vivo,
son de todo menos charcos.
Igual que ayer quisimos ponerle una calle a la madre del portero, hoy todos somos un poco más negros, más americanos que nunca y todo es como mucho más exótico, posible y renacentísta. Nostradamus no lo vió venir, con la de cosas que ese hombre fumaba?
Lo dicho, todos somos americanos hoy: mi madre miraba fijamente la tele, el gato miraba con el mismo interés el tambor de la lavadora.
Me apunté con el gato, obviamente. El centrifugado me resulta fascinante.
Etiquetas: Pequeños desplazamientos
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