Una manita que dice adios,
un guiño que sonrie,
un maullido que trae el viento.
Combatimos
contra el absurdo.
Combatimos
contra lo que no se entiende.
por lo insano,
por lo injusto,
por lo cruel.
Yo lo entendí y no sabría el qué.
Veo matar y morir.
Veo luchar y nacer.
Veo escaparse siete vidas a la vez.
Veo tanto
y tan ciega ando siempre
que no puedo por más
que fingir,
que rugir,
que reir...
Que hincar mis huesudos dedos en mi pecho,
y rasgar la carne,
y romper tejidos,
y esquivar lo duro,
y derramar la hiel,
y manchar la tierra ,
manchar la tierra,
mancharla.
Y solo asi, solo,
se detiene.
Lo que combatimos
lo hacemos con lo poco,
con lo usado,
con lo que aprendimos a golpe
de espada y de luz,
de lo injusto y de lo cruel,
de lo admirable,
de lo que nos golpea.
Y los que nos quedamos
solo podemos dolernos
y apretarnos unos con otros
porque, aunque lo combatimos
cuando se quedan huecos
todos estamos un poquito
más solos.
Abrazarse a alguien,
es una forma,
es la mejor forma,
es la única forma,
para no dolernos de ese hueco.
Una manita que dice adios,
un guiño que se sonrie,
un maullido que trae el viento.
3 viajeros:
Duele esa manita, la imagino despidiéndose, y para que voy a comentar más....
Besos.
Vaya donde vaya, no faltará nunca la imagen de esos ojos, felinos, pequeños, verdes, por los cuales vuelven a humedecerse los míos al rememorar que ya no puedo mirarlos.
Un (b)eso triste
Duele no saber qué hacer con el hueco de quien sabes no pudes volver a ver. Sólo en sueños, sólo en tu mente, en fotografías... Pero sabes que no puedes tocarlo, y eso nunca deja de doler.
Y menos mal que hay abrazos de gente que te quiere, como dices tu, que si no....
Besos.
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