Hoy salí a la calle y allí estaba ella.
Tan alta, tan azul, tan pequeña y tan blanca.
Al principio se asustó pese a ser yo más bajita,
y al segundo me abrazaba desde arriba,
tan alta ella, y tan azul, pequeña y blanca.
Hoy salí a la calle y allí estaba ella.
Asalté su cintura con las puntas de mis dientes,
oh, sorpresa!
La reina se reía, y sonreía, y se limpiaba sus gafas,
¿o se las cambiaba?
Hoy salí a la calle y allí estaba ella.
Me veía en los espejos de su rostro,
yo tan bajita, tan roja, tan rechoncha y oscura.
Y ella reía, y sonreía y lanzaba amables chispitas.
Hoy salí a la calle y allí estaba ella.
Con sus pies juntitos, aún dejaba sus pisadas tras de si,
carcajadas invisibles de pequeños seres,
que la rodean y cuidan de ella allá donde va.
Hoy salí a la calle y allí estaba ella.
La viva imagen de lo esbelto, de lo amable,
de lo dulce y compungido.
La reina!! La reina!!
La reina... si, pero la mía.
Tan alta ella, y tan azul, pequeña y blanca.
Hoy salí a la calle y allí estaba ella, Veronika.
4 viajeros:
Madre mia.... me has hecho llorar... ¿Cómo eres capaz de sacar una cosa tan bonita de una "casualidad"? Cada día te admiro y te quiero más, y cada día doy más gracias de tenerte cerca y de que formes parte de mi vida.
TÚ sí que eres mi reina, mi reina pequeña. GRACIAS :)
No dejes nunca de escribir, por favor.
Yo veo dos reinas.
Y las dos emocionadas.
Que bonito.
Besos.
Las casualidades no existen, solo existe lo inevitable. Y no, no lo decía Neo. Lo decía un personaje manga.
Voy emocionada, es cierto, Sr. Toro. Y como no conozco esa cara de las emociones tengo que lidiar por que lo edulcorado no me salga por las orejas: toda mi vida he peleado en el lado oscuro y ahora, que intento ecribir desde el clarito, me sale todo como muy asi.
Sigo leyendo y aprendiendo de vosotros, todos vosotros, los de aquí y los de ahí.
Le presento mis respetos a la emoción.
Besos inclinados
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