Andaba él entre mis piernas cuando me vino a la cabeza estar frente a una pizza escuchando a Verónika hablar de otro de "los otros". Un café en Roma y para las 9 nos vamos que he quedado. Tengo suerte. O igual no. Igual la mía no es sino la recompensa por todos "los otros" que me han pu(n)teado la piel y me faltan dedos de tus manos, que las mías las escondo tras tirar la piedra. Aun así tengo suerte. Sal de ahí, toca esperar los 15 minutos de free-users. Ahora me toca a mi. Haberte abonado y no tendrías que esperar, que hoy lo queréis todo hecho.
Siempre he sido un bicho de suerte: mala o buena.
Mala, porque justo ayer se me aparece vestida de rojo guiñándome un ojo y enseñando una foto vía móvil de su hijo: "otro Raúl, como yo". Y ya van 4. No me caen bien los Raúl, y no conozco a la mitad de los que afirmo haberlo hecho. Tampoco me caen bien las Isabelicas, y así me va. Un bicho con suerte, que digo. Para remediar el viejo trago y la mala casualidad, nada como ver salir a Sawyer de la playa a pecho descubierto. Y cómo nos mola ese paleto.
Total, nada. Porque al final la suerte siempre es buena, respiro hondo y me vuelve el sentido común. Sigues ahí abajo, ¿dónde habías estado toda mi vida? Ah, ya. Claro, "los otros". Entiendo. Se acabaron mis 15 minutos de free-users.
3 viajeros:
SUPUT*..., jajjajajajajajaaa
Besos.
Ay, los "otros".... si Amenabar nos hubiera conocido...
Piensa que la (mala) suerte de antes quizás sirvió para tener a quien tienes a tu lado ahora, como dices tú, para compensar, y ahora tener un poco de (buena) suerte.
Aunque muchas veces hemos tenido buena suerte toda la vida, y sólo lo hemos sabido cuando hemos dejado de tenerla..
Beso
PD: Pronto otra pizza, eh?
Adoro el café de Roma.
Jo, ¿por qué no cuentas conmigo?
El de la estación de Termini, el mejor.
Un (b)eso con radio
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