Esta mañana amanecían una rosa roja y media botella de coñac en la tumba de Edgar Allan Poe. Viene sucediendo desde los últimos 50 años cada vez que llega el día de su nacimiento.
Hoy, 200 años. Felicidades. O no.
Yo hoy que quitado una vida.
Las he salvado o las he criado, pero nunca creado o quitado.
Hasta hoy.
El maestro ha querido que yo hoy celebre su cumpleaños de esa forma.
Maldito sea.
Por todos los siglos que le queden de seguir recibiendo rosas y coñac.
Maldito maldito sea.
2 viajeros:
Brindo por él.
Y por ti.
Besos.
Curiosamente, hace cinco minutos alguien me proponía viajar a Boston para rendir tributo a este señor.
Todo está conectado.
Voy haciendo la maleta...
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