Una vieja fábula europea cuenta la historia de una vieja mujer que tenía un huerto muy hermoso.
La vieja cultivaba las hortalizas más brillantes y jugosas de todo el reino y en su huerto se contaban tomates, calabacines, cebollas, pepinos y berenjenas que crecían en demasía.
A su puerta llamaban niños hambrientos y madres desconsoladas que pedían solo aquello que le sobrara pero la vieja, egoísta y cruel, les negaba la más misera hoja de su vasto huerto.
Un día, estando entre las verduras, la vieja resbaló y murió. Como no había demostrado un solo acto de buena voluntad en toda su vida, los demonios la lanzaron directamente a la laguna del infierno pero su ángel de la guarda recordó que una vez, aquella vieja y odiosa mujer había dado una cebolla a un hambriento. Y con ese argumento acudió a Dios.
- Muy bien. Tiéndele la cebolla. Si consigue sostenerla y salir del infierno se habrá ganado la salvación. Si no, allí se quedará para siempre.
Así tendió el ángel la cebolla a la vieja mujer quien se agarró a ella con todas sus fuerzas. Y, tirando con toda delicadeza para no romper el mustio tallo, el ángel comenzó a sacar a la anciana.
Pero fue entonces cuando otras almas, que también yacían en el lago, vieron ascender a la vieja. Y, desesperados, se agarraron a sus faldas, a sus piernas y brazos, ascendiendo con ella hacia la salvación. Pero fue entonces cuando la vieja comenzó a patalear para liberarse de aquella carga inoportuna.
-Soltadme, malditos! Si tiráis de mi la cebolla se romperá! Buscaos vuestra propia cebolla!
Y tanto esfuerzo puso por librarse de esas almas que la cebolla se rompió y el lago se tragó todas las almas llevando hasta el fondo y para siempre el alma de la egoísta vieja .
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Existe hoy una persona en este mundo que está apunto de dejarlo y anda buscando su propia cebolla. Para ser un familiar debo decir amargamente que no encuentro nada para tenderle que le sirva de ayuda salvo un antiguo café. Pero no alcanzo a adivinar de qué forma podría salvarse con eso, así que espero que su ángel tenga mejor memoria que yo.